miércoles, 30 de noviembre de 2011

El alca gigante, un pingüino en el hemisferio norte

El alca gigante, un ave marina incapaz de volar, semejante a los pingüinos, que habitaba en el Atlántico Norte, fue descrita por Carlos Linneo en 1758 con el nombre de Alca impennis. Alca es la latinización del nombre escandinavo del alca común y de otras aves emparentadas, e impennis significa “sin plumas de vuelo”. En 1772, el zoólogo danés Morten Thrane Brünnich consideró que la especie era lo bastante diferente del alca común como para merecer su propio género zoológico, y la rebautizó Plautus impennis; en 1791, el naturalista francés Pierre Joseph Bonnaterre acuñó el nombre Pinguinus impennis para la misma especie. Tras décadas de debates académicos, ha sido este último nombre el que se ha impuesto. Pinguinus es la latinización del nombre del ave en francés, pingouin, cuyo origen es dudoso. Según unos autores, procede de las lenguas célticas; pen gwyn en galés y penn gwenn en bretón significan “cabeza blanca”, en referencia a las manchas blancas en la cabeza del alca gigante. Para otros, deriva del latín pinguis, que significa pingüe, gordo, mantecoso, por la espesa capa de grasa que envolvía el cuerpo del ave. En cualquier caso, siglos antes del descubrimiento de las aves del órden esfenisciformes que hoy conocemos con el nombre de pingüinos, el alca gigante, que pertenece al órden caradriformes, como las gaviotas y muchas otras aves marinas, ya recibía el nombre de pingüino en muchas lenguas europeas, incluido el español...

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viernes, 25 de noviembre de 2011

Cómo ahorrar en la calefacción

Una caldera de gas (Nolf, 2006)
(Segunda contribución de El neutrino a la XXV edición del Carnaval de la Física, organizada por Gravedad Cero)

Ahora que llega el invierno a nuestro país, surge el eterno debate entre los que, para ahorrar, apagan la calefacción por la noche y cuando no están en casa, y los partidarios de mantener la calefacción encendida todo el día porque, según ellos, se gasta más en elevar la temperatura que en mantenerla constante.

Cuando toda la familia trabaja o estudia fuera de casa, ¿tiene sentido mantener encendida la calefacción durante horas en una casa vacía, en lugar de programarla para que se encienda una hora o dos antes de que sus habitantes regresen? ¿Qué consume más energía, calentar una casa fría, o mantenerla caliente durante horas?

lunes, 21 de noviembre de 2011

Científicos olvidados: Mijaíl Lomonósov

Mijaíl Lomonósov (L.S. Miropolski, 1787)

El pasado sábado se cumplieron trescientos años del nacimiento del erudito ruso Mijaíl Vasílievich Lomonósov, literato, científico e historiador.

Mijaíl Vasílievich Lomonósov nació en Denisovka (hoy Lomonosovo), una población situada en una isla del río Dvina Septentrional, no lejos de su desembocadura en el mar Blanco, el 19 de noviembre de 1711 (el 8 de noviembre según el calendario juliano, entonces vigente en Rusia). Su padre era un próspero pescador que se hizo rico con el transporte fluvial y de cabotaje de mercancías por el mar Blanco, la costa norte de Rusia, la península de Kola y Laponia. Lomonósov se inició en la lectura y el estudio gracias a un vecino y al diácono de su pueblo. Desde los diez años, su padre le obligó a acompañarlo en sus viajes comerciales, pero el pequeño Mijaíl estaba más interesado en el estudio que en los negocios. En 1730, ante la imposibilidad de continuar los estudios en su pueblo, abandonó a su familia y se dirigió a Moscú. Poco después ingresó en la Academia Eslavo-Greco-Latina haciéndose pasar por el hijo de un sacerdote, lo que casi provocó su expulsión años más tarde, cuando fue descubierto el engaño. Viviendo en la pobreza más absoluta, y tras un breve paso por la Academia de Kiev-Mohyla, completó doce cursos en sólo cinco años y terminó el primero de su clase. En 1736 consiguió una beca para la Universidad Estatal de San Petersburgo, y más tarde otra para estudiar dos años en la Universidad de Marburgo, en Alemania, una de las más importantes de Europa en aquella época.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Una sabana tropical en el centro de España

El subsuelo de Madrid es muy rico en yacimientos paleontológicos. Varios de estos yacimientos corresponden a la edad denominada Aragoniense medio, una parte del Mioceno medio con una antigüedad comprendida entre 17,5 y 13,8 millones de años. En aquella época los continentes se habían situado ya en posiciones muy próximas a las actuales, y en la península Ibérica se habían configurado las dos grandes cuencas de la meseta Central, la del Duero y la del Tajo. En la cuenca del Tajo, donde se situa la ciudad de Madrid, el clima era más cálido y seco que en la actualidad, y el paisaje estaba formado por un mosaico de sabanas secas, praderas húmedas y bosques abiertos. En un lago situado entonces en el oeste de Madrid se fueron acumulando a lo largo de los siglos los sedimentos en los que se han conservado los fósiles que nos permiten conocer la fauna de aquellos tiempos...

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lunes, 14 de noviembre de 2011

El viento mueve montañas

(Publicado originalmente en Madrid Sindical)

Cuando una masa de aire húmedo encuentra en su camino una cadena montañosa, se ve obligada a elevarse; esta ascensión provoca el enfriamiento del aire y la condensación de la humedad en forma de lluvia. El aire que cruza las cumbres llega mucho más seco a la otra vertiente, de manera que el clima a ese otro lado de la cordillera es árido. Este efecto se conoce con el nombre de “sombra pluviométrica”.

martes, 8 de noviembre de 2011

Kong, las montañas que nunca existieron

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El río Níger fue un misterio para los exploradores occidentales durante siglos; sólo su curso medio, al sur del desierto del Sahara, era conocido por los viajeros; nada se sabía de su nacimiento ni de su desembocadura. Debido a la compleja orografía del África occidental, el Níger nace a pocos cientos de kilómetros del Océano Atlántico, en Guinea, pero da un rodeo de cuatro mil kilómetros hacia el nordeste y el sudeste, a través de Malí, Níger y Benín, para desembocar en Nigeria, en el golfo de Guinea. El naturalista romano Plinio el Viejo y el explorador árabe Ibn Battuta creían que el Níger pertenecía a la misma red fluvial que el Nilo, y León el Africano creía que fluía de este a oeste. En el siglo XV, los exploradores portugueses, siguiendo las ideas de León el Africano, lo confunden con el curso alto del río Senegal.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Los patos de Punset

Dice Punset en su libro Por qué somos como somos que "en los patos Mallard [...] es habitual que varios machos acorralen a una hembra hasta debilitarla y después se turnen para copular con ella." "Patos Mallard"; así, con mayúscula y en aposición. Evidentemente, no hay ninguna especie de pato con ese nombre en castellano, porque no es así como se forman los nombres comunes en nuestro idioma. Pueden formarse con dos sustantivos en aposición, sí, pero en minúsculas, como el pato arlequín. Pueden formarse con un nombre y un adjetivo, como el pato colorado. Y pueden formarse con la preposición "de" seguida de un nombre común (pato de jungla) o propio (pato de Hartlaub). Pero "pato Mallard" no se encuentra en ninguno de esos casos. Ni se encuentra en la lista de Nombres en castellano de las aves del mundo recomendados por la Sociedad Española de Ornitología publicada por la revista Ardeola.