domingo, 11 de octubre de 2009

Científicos olvidados: Friedrich Bergius


Hoy hace 125 años del nacimiento del químico alemán Friedrich Bergius, Premio Nobel de Química en 1931 (compartido con Carl Bosch) por el desarrollo de la química a alta presión.

Friedrich Karl Rudolf Bergius nació el 11 de octubre de 1884 en Goldschmieden, donde su padre tenía una fábrica química. Goldschmieden está cerca de Breslavia, ciudad que por entonces formaba parte de Alemania, aunque actualmente pertenece a Polonia. Familiarizado con la química industrial desde pequeño, estudió química en la universidad de esa ciudad, y en 1907 se doctoró por la Universidad de Leipzig.

En 1909 trabajó con Fritz Haber y Carl Bosch en la Universidad de Karlsruhe mientras éstos desarrollaban el proceso de Haber-Bosch para la producción de amoniaco a partir de nitrógeno e hidrógeno gaseosos. Ese mismo año se trasladó a la Universidad de Hanover para trabajar con Max Bodenstein, que desarrolló la cinética química, el estudio de las velocidades de reacción y de cómo les afectan las condiciones ambientales. Allí comenzó a investigar la disociación del peróxido de calcio, y desarrolló un método práctico para trabajar en el laboratorio con presiones de hasta 300 atmósferas. En 1910, Bergius estableció su propio laboratorio privado, donde desarrolló el proceso que lleva su nombre, con el que se producen hidrocarburos líquidos combustibles mediante la hidrogenación del lignito a alta presión y temperatura. En 1913, Bergius patentó el proceso y se embarcó en la producción industrial de combustible sintético, pero la fabricación no pudo comenzar hasta 1927, y diversos problemas técnicos, económicos y personales le llevaron a vender la patente a BASF, que antes de la Segunda Guerra Mundial alcanzó una producción anual de cuatro millones de toneladas de combustible.

Más tarde, Bergius desarrolló un proceso para obtener azúcar para uso industrial mediante la hidrólisis de la madera, pero los problemas técnicos y los elevados costes casi le llevaron a la bancarrota. De todos modos, el proceso se utilizó en Alemania para fabricar pienso para ganado en el periodo de autarquía anterior a la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente para alimentar a los prisioneros en los campos de concentración.

Después de la guerra, le fue imposible trabajar en Alemania, así que pasó por Italia, Turquía, Suiza y España, hasta que por fin se estableció en Argentina. Murió en Buenos Aires el 30 de marzo de 1949.

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